lunes, enero 29, 2007

En la adversidad

En un pozo de agua fría, hundido en lo más profundo de la tierra; he caído yo debido a mis fechorías en ella, puesto que en la mayor de mi actividad moral les objeté que ellos no creían en Dios. Fui torturado, azotado con mil látigos y luego hecho a caer en este profundo pozo oscuro… incluso he sopesado que la luz del final de éste, no existe; ¡oh, no hay salida!

Dios mío que me has hecho seguir tus palabras para que éstos se den cuenta que no siguen tus enseñanzas ¿pero hacía falta hacérselos ver de tal manera para caer en semejante pozo? ¡Oh Dios, que le has enseñado a los humanos a esclavizar a sus semejantes; pero me has elegido a mí para reprocharles! Y nada he conseguido y aquí me has de ver.

Encontrase un papel, y en él, escribí metódicamente lo pautado de mis pensamientos: “Padre, ¿son éstas enseñanzas vuestras? ¿Torturasen tus hijos a sus hermanos, que también son hijos vuestros, parte de tu espíritu?” Oh, no pienso, no pienso; he derrotado mi mente y mi espíritu controla tan solo mis burdas manos, y éste, prosiguió en su letrado: “El caos controla la mente humilde de los humanos, y el diablo se ha hecho poseer, porque el pueblo cree en el egoísmo y allí, busca la felicidad”.

Leí mi trozo de papel con los derrames de inescrutables letras en voz alta y exclamé: “Dios que humilde es tu morada, en mi trozo de alma inserto en esta carne esclavizada; el individualismo ha poseído a los humanos y eso no he de soportar”. Dicho esto mientras mi voz entrecortada, un pequeño círculo de luz se abrió en el cielo mientras la unión entre mi tierra y ella aún era oscura. Escribí mientras sonriente divisaba mi viejo letrado: “Señor, que has dicho que el Diablo posa sus pies sobre la tierra, pero si él controla a tus hijos ¿Cómo le haremos creer que vuestra palabra es más santa?” Respondiose con mi avejentada mano: “Hijo mío, que has seguido mis enseñanzas”.

7 Escalones de luz se crearon en dirección hacia el pequeño círculo de cielo, pero aún no muy cerca de él. Escribí: “Respeto hacia ti Señor, pero algo me confunde ¿No es sino el caos en la tierra más fácil de conseguir hacia la felicidad que vuestras palabras?”. “Hijo, que tu mente no confunda a tu espíritu. Vuestra Iglesia ha manchado la cara de mi Reino, y sus burdas palabras han penetrado tu alma. Es sino el caos en el mundo una máscara de la felicidad”

Cegado por la luz, se crearon 7 escalones más hacia arriba que en unión se visualizaban muy cerca del cielo. “Entonces Padre mío, ¿cuál es el verdadero camino a la felicidad que profesas?” “Está en el pueblo”. Confundido por esto, clamé en voz alta: “Pero señor, ¿no son vuestros propios hijos quienes me han enterrado en este foso?” Al decir aquello, 7 escalones más nacieron entre la tierra y el cielo… y sin recibir respuesta alguna, trepé por ellos. Al llegar arriba, en mi papel mi mano clamó: “Hijo mío, que nacido tu coraje en la adversidad; tu soberbia ha muerto al caer en vuestro foso, que tan solo es tuyo, y nacido de él, vuestro lápiz y vuestro papel”. Al leer esto, alcé la vista y vi como una masa de humanos se me acercaban y al unísono clamaban: “¡Es un ángel, y lleva la Biblia en sus manos!”

¡Escritores que sois la mano del señor y vuestra alma única en el mundo ha sido sembrada por los hombres carentes de la realidad y ahítos de caos!